martes, 18 de septiembre de 2012

Un proceso que ha sido perverso es aquel por el cual se le entregó el manejo de la salud a los particulares, se la volvió un negocio. Es la famosa ley cien creada durante el gobierno de Gaviria y defendida y presentada en el Senado por nuesro inefable dos veces Presi, Alvaro Uribe. Desde ese momento para acá, la saludo como servicio ha pasado a un segundo plano y al primero pasó el negocio particular y todo lo que eso significa. Solo importan las utilidades y muy poco los usuarios pacientes. Todo a sido puro bussines y el leit motiv de las EPS y demás epesitas e ipesitas ha sido el llenarse en desmedro de lo que debió serlo: La salud. Y como es un verdadero negocio, un real y verdadero negocio, ahora todos chupamos para poder tener un buen servicio. Que digo, para tener un servicio así sea malo. Esto es casi inexistente. En Tumaco por ejemplo quieren que nos curemos de un cáncer con acetaminofen y que las visitas a los médicos las hagamos tres o cuatro meses despues de pedir la cita, cuando ya el animal ese haya hecho metástasis en todo el sistema linfático y hasta en el cerebro, y además pagando nuestro tranporte y viáticos. Cuando la obligación de las EPS es tener con quien prestar el servicio. Pero ellos se hacen los locos y pretenden que nosotros paguemos sus costos.

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