martes, 18 de septiembre de 2012
El viernes de la semana amtepasada falleció Barranquilla, el hombre de las cabañas en Bocagrande conocido por su amabilidad y buen trato. Nunca supe su nombre. Sé que se apellidaba Vargas pero nunca supe su primer nombre. Barranquilla era su apelativo y le encantaba. Fue uno de los hombres que mas luchó por el turismo en Bocagrande y al no encontrar con los años alivio a las penurias, terminó por hacer sus cabañas en el Morro, donde ahora sus hijos tienen un buen hotel orgullo de Tumaco.
Berraco y trabajador el Barranquilla. Aún viejo como estaba no dejaba de mantenerse erguido y de trabajar en relaciones publicas todo el día, paseándose por los recovecos de las playas saludando la gente tumaqueña y los turistas.
A sus hijos, nuestro pésame. A él, que descanse. Bastante merecido lo tiene. Y que no se ponga a hacer cabañas en el cielo que bastante se jodió acá.
El que anda muy decaído es Don Euliquio Biojó, el hombre motor de los acontecimientos sociales de los años ochenta y noventa. Trabajador incansable y hombre invaluable para todo tumaqueño. Y es que anda por los noventa y cuatro y al parecer está perdiendo las ganas de vivir, de dar esa última pelea con la parca que ya lo debe estar acechando en el camino.
Y lo que más me duele a mí personalmente es no haber por podido convencer a estas administraciones de hacerle un homenaje a este luchador, a este hombre valioso y de imitar, que tanto de si dio en bien de Tumaco. Pareciera que a ellos solo les interesa la politiquería. Y pare de contar.
Fuerza, Don Euliquio. Lo queremos y reconocemos sus valores. Luche para que nos acompañe muchos años más.
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