Con Cabral me unió siempre su acracia, su querencia por las mujeres, por la naturaleza, por su obsesion por la libertad, por su desorden ordenado. Por su ardencia que le llevaba a significar que a el no le corría sangre por la venas sino semen. Un ciudadano del mundo y de ninguna parte, un atorrante que supo llevar sus inquietudes a la canción y al corazón de casi todas las personas.
Tranquilo Facundo que solo nos estas antecediendo y en un futuro nos tomarems un chianti y fumaremos un buen puro y con la segoviana intensa, la de formas de mujer, cantaremos canciones de todo lado y lugar. Charlaremos de donosruras en Ushuaia y te contaré de Tumaco -te perdiste de sus mujeres, carajo- y las otras tierras salvajes de mi pais, terruño que tanto apreciaste.
Hasta pronto, Facundo. Gracias por tus conciertos, por tu mamadera de gallo, por dejarnos como recordarte.
Tumaco, Julio 9 2011
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